Para mantener el equilibrio de una red eléctrica envejecida, y tras el apagón del 28 de abril de 2025, el sistema nacional recurrió a medidas de emergencia, como la activación de centrales de respaldo con altos costes operativos y de emisiones. Estos costes se trasladan directamente a la factura de los consumidores a través de los llamados servicios de ajuste, que se han encarecido hasta un 65 %, pasando de 15,9 €/MWh en marzo a 26,2 €/MWh en mayo y 20,67€/MWh en la primera quincena de octubre. En la práctica, este incremento se traduce en un aumento directo del 3 % al 8 % en el recibo de luz de los consumidores. En definitiva, pagamos más por mantener un modelo energético que ya no responde a las necesidades actuales.
Aquí es donde muchos usuarios se llevan una sorpresa: tener un contrato de luz a precio fijo no te protege por completo de las subidas. Aunque el precio que pagas por la energía sea estable, tu factura incluye otros costes regulados; como los pesos, los impuestos o el “ajuste de red”, que sí que pueden variar. Esto significa que tu recibo mensual nunca está totalmente a salvo de los imprevistos del sistema eléctrico, por más que tu tarifa sea ‘’fija’’. 
Lamentablemente, en el desglose de las facturas de luz generalmente no se pueden ver de forma explícita el coste de los servicios de ajuste del sistema, ya que quedan integrados y camuflados dentro de otros conceptos.