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Quiero saber másAl carbono que se libera ahora mismo y que durará cientos de años, se suma el liberado desde el inicio de la Segunda Revolución Industrial a finales del Siglo XIX. Al CO2 emitido, que deja pasar la luz solar y mantiene el calor en vez de dejarlo escapar al espacio, se unen también las de otros gases como el metano, un gas natural que espesa esta acumulación gaseosa que retiene el calor en la Tierra.
Las consecuencias de esta crisis climática son catastróficas. El nivel del mar aumenta por el derretimiento de los casquetes polares, haciendo incluso desaparecer algunas poblaciones. La flora y la fauna luchan por sobrevivir y mantener el equilibrio de los ecosistemas. Las muertes por desastres naturales fruto del cambio climático se han multiplicado por 15 en las zonas más vulnerables. Pero desde la ONU advierten que “nadie está a salvo” y, aunque algunos países tengan las herramientas para protegerse mejor, los efectos del calentamiento global llegarán también.
El IPCC advierte que las medidas puestas en marcha son insuficientes. Las predicciones están lejos del objetivo de limitar el aumento del calentamiento de la Tierra en 1,5°C, y se acercan más bien a los 3,2°C. Es muy necesario un cambio en nuestro modelo energético que, el IPCC advierte, necesita indiscutiblemente la implicación de las industrias y una cooperación internacional. Si reducimos inmediatamente la emisión de gases invernadero aún estamos a tiempo de conseguir un futuro habitable. Desde el IPCC afirman que “hay opciones factibles de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a las consecuencias del cambio del clima” pero, si no se produce un cambio climático, será imposible contener el recalentamiento de nuestro planeta.
Para conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C las emisiones tendrían que haberse reducido a la mitad para 2030 y alcanzar el objetivo de cero emisiones para 2050. Ampliar el objetivo a 2°C no es admisible porque implicaría demasiados efectos para la salud de la población la seguridad y los ecosistemas.
La única forma de frenar el calentamiento global es eliminar el uso de los combustibles fósiles para generar energía. No hay ningún escenario en el que se pudiese mantener las infraestructuras actuales de combustibles fósiles y fuesen compatibles con limitar el recalentamiento a 1,5°C.
Algunos productores de combustibles fósiles plantean la posibilidad de que estas infraestructuras incluyesen sistemas de captura de carbono pero el informe del IPCC explica que, para que este modelo fuese sostenible, tendrían que capturar el 90% de emisiones de plantas térmicas y entre el 50 y el 80% de fugas de metano.
Por otro lado, las energías renovables son más accesibles que nunca, ya que el coste del megavatio de la energía solar ha disminuido un 85% y el de la eólica un 55%. Por lo tanto, es evidente la apuesta más viable; una migración a las energías renovables.
El IPCC afirma que, aunque alcanzar el objetivo de cero emisiones para la industria es difícil, es posible conseguirlo, a la par que imprescindible. Además, los beneficios no sólo son a nivel ambiental, sino también económicos. El aumento del precio de la energía ha mermado la capacidad económica de las empresas, y la Guerra de Ucrania ha dejado en evidencia nuestra dependencia energética para sostener la economía.
Con energía solar una industria puede reducir sus facturas de luz entre un 50 y un 80%, frenando el impacto en sus balances de las subidas del precio de la luz.
Otra de las necesidades es el cambio de un modelo económico lineal, basado en “producir, usar y tirar” a uno basado en “reducir, reusar y reciclar”. Es lo que se conoce como economía circular que se inspira precisamente en los ciclos propios de la naturaleza.
Materiales como el aluminio o el vidrio, cuya tasa de reciclado es muy alta, están llamados a ser los sustitutivos de otros materiales no sostenibles, como los plásticos.
Por último, el IPCC define a las ciudades como “fábricas de CO2” y pone especial énfasis en el transporte. Para particulares, el futuro está en los vehículos eléctricos. Por eso, impulsar y facilitar el acceso de la población a los mismos es esencial.
Por otro lado, la aviación y el transporte marítimo podrían reducir sus emisiones con el uso de biocombustibles y de gases no contaminantes como el hidrógeno.
Pensar que nuestras acciones no pueden generar un gran cambio es una de las razones por las que nos encontramos estancados. Cada pequeño gesto se suma al resto y juntos podemos conseguir ese gran cambio que tanto necesitamos. Por eso los gobiernos están impulsando las energías renovables con ayudas y bonificaciones fiscales y la sustitución de los vehículos antiguos por vehículos eléctricos.
Tanto en tu hogar, como en tu empresa, las posibilidades para ayudar a frenar esta crisis climática a tiempo son infinitas y también demostrarán el grado de implicación con tu comunidad.
Instalando placas solares en tu vivienda o empresa reducirás tus emisiones de CO2 en miles de kilogramos al año. Y la reducción en tu factura de la luz, también es muy significativa. Con tu propia instalación fotovoltaica podrías pagar hasta más de un 70% menos por tu energía.
Además, actualmente hay vigentes varias ayudas, subvenciones y bonificaciones fiscales gracias a las que habrás amortizado tu inversión en entre 2 y 5 años.
Únete a la economía circular. Empieza por separar tus residuos para reciclarlos y ve mucho más allá. Cada vez hay más comercios en los que puedes comprar alimentos no envasados. Comprando en supermercados sostenibles no sólo reducirás tus residuos de un solo uso, sino que además ahorrarás en tu compra.
Por un lado, aún puedes beneficiarte del Plan Moves para cambiar tu vehículo por uno eléctrico. Estas subvenciones también buscan promover los puntos de recarga de vehículos eléctricos. Y lo mejor es que, con tus placas solares, no sólo te beneficiarías de varias ayudas y bonificaciones fiscales, sino que además podrías recargar tu coche gratis.
En el caso de que tengas un negocio, las ventajas van un paso más allá. Instalando un punto de recarga con tu instalación fotovoltaica te permitirá mejorar tu imagen corporativa, ya que tus empleados y clientes podrían recargar sus vehículos, ofreciendo un servicio adicional.
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