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Estudio GratisEl Impuesto al Sol fue un tributo aprobado en 2015. Este impuesto a la energía solar obligaba a quienes instalaban placas solares a tributar por la energía que generaban. Las únicas instalaciones fotovoltaicas que estaban exentas de este Impuesto al Sol eran:
Las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico aislado, es decir, las que no estaban conectadas a la red. Este tipo de instalaciones se arriesgan a sufrir apagones en horas en las que no hay luz.
Instalaciones con menos de 10 kW de potencia en baja tensión.
Instalaciones ubicadas en Canarias, Ceuta y Melilla.
Instalaciones de cogeneración y frenado de trenes.
En la práctica todo esto se traducía en que la gran mayoría de particulares y empresas que instalaban placas solares se veían obligadas a pagar un impuesto sobre la energía solar que producían, o a desconectarse por completo de la red eléctrica. Además, quienes querían legalizar sus instalaciones fotovoltaicas se encontraron con muchas trabas porque los trámites administrativos eran muy complicados y tampoco podían recibir ninguna compensación por los excedentes de producción.
Y, como te puedes imaginar, las consecuencias fueron catastróficas; el Impuesto al Sol frenó en seco el cambio de modelo energético tan necesario ya en aquel momento.
Fue el gobierno del PP quien puso el Impuesto al Sol en España. Concretamente fue el Ministro de Industria, Energía y Turismo de aquel entonces quien impulsó el Real Decreto que entraría en vigor el 9 de octubre de 2015.
En su momento se argumentó que este impuesto a la energía solar evitaba el encarecimiento de la factura de luz a quienes no tenían acceso a la energía solar y que los beneficios se reinvertirían en energías renovables. Pero, en la práctica, no funcionó y únicamente sirvió para disuadir de la instalación de placas solares tanto en empresas como en viviendas unifamiliares.
En 2018 la ministra de Transición Ecológica del gobierno anunció la derogación del Impuesto al Sol. El Decreto Ley 15/2018 que derogaría este impuesto a la energía solar incluiría también “medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores” que facilitarían los trámites para la legalización de las instalaciones y permitiría la obtención de compensaciones por excedentes.
Además, en 2020 se aprobaría una deducción en el IRPF de hasta el 40% para viviendas unifamiliares y el 60% para comunidades de vecinos que instalasen sistemas de autoconsumo. Paralelamente muchos municipios empezaron a incluir en sus ordenanzas fiscales beneficios fiscales para impulsar las energías renovables.
Los datos han acabado demostrando que el Impuesto al Sol supuso un paso atrás para las energías renovables. En 2018, año de su derogación, la potencia fotovoltaica instalada aumentó en un 94% respecto al año anterior según los datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
La derogación del Impuesto al Sol se alineó con un acuerdo entre el Parlamento Europeo y los países miembros de la Unión Europea alcanzado en junio de 2018. Esta nueva legislación reconocía, al fin, el derecho de los ciudadanos a participar activamente en el sector energético.
Como consecuencia, desde 2021, año en que entraba en vigor, es ilegal cualquier tasa punitiva o limitación excesiva que busque impedir a ciudadanos, autoridades locales, pymes y cooperativas vender, almacenar o compartir su propia energía renovable.
Efectivamente, no hay que pagar impuestos por tener placas solares en España. Los únicos impuestos que tendremos que pagar serán al hacer la instalación y son los que gravan los trámites administrativos para obtener, por ejemplo, el permiso de obra. Concretamente serán el Impuesto de Construcciones (ICIO) y las tasas municipales. Por suerte muchos municipios han decidido casi eliminar incluso estos impuestos por placas solares en 2023, aprobando bonificaciones de hasta el 95% del ICIO, y de hasta el 100% en tasas municipales.
Tanto por parte de la legislación española, como por parte de la Unión Europea, la respuesta es clara: no existe un impuesto al sol en 2023. Actualmente no hay que pagar impuestos por tener placas solares. Y, aunque entrase un nuevo equipo de gobierno, tampoco podría aprobar ningún impuesto sobre la energía solar porque sería ilegal ya que contravendría la normativa europea.
En resumen, bajo ningún concepto tendremos que pagar un impuesto sobre la energía solar que genere nuestra instalación, tampoco hay que pagar impuestos por tener placas solares y los únicos impuestos relativos a placas solares en 2023 que tendremos que pagar son los propios de cualquier modificación importante en un inmueble.
Además de las bonificaciones fiscales en el ICIO y las tasas municipales, instalando placas solares obtendremos en muchos casos deducciones en otros impuestos. Es el caso por ejemplo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en el que podremos obtener bonificaciones de hasta el 50% en algunos municipios, durante varios años. Y, a nivel estatal, se contempla también la posibilidad de acceder a una deducción en el IRPF de hasta el 40% para viviendas unifamiliares y el 60% para comunidades de vecinos por instalar placas solares.
Por suerte, España vuelve a estar enfocada en disminuir su impacto medioambiental y nos encontramos en el mejor momento para instalar placas solares. Hemos pasado de pagar un impuesto por la energía solar, a recibir beneficios por ella.
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