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Quiero saber másLa electricidad convencional proviene de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural. Este tipo de combustibles de uso masivo en las sociedades actuales, son una de las mayores causas de la contaminación medioambiental que sufre el planeta.
La quema de combustibles fósiles implica la generación de los conocidos gases de efecto invernadero (principalmente CO2), los cuales contribuyen a aumentar las temperaturas y a acelerar el cambio climático. Es una de las principales causas a nivel mundial del calentamiento global.
La generación de energía solar no emite gases de efecto invernadero a la atmosfera, por lo que no contribuye al calentamiento del planeta. Aunque hay que tener presente que durante el transporte de materiales sí se generan emisiones, estas son significativamente menores a las que genera la electricidad obtenida de forma convencional y otras fuentes de energía renovables.
De hecho, actualmente, la energía solar es la energía renovable más eficiente en la lucha contra el cambio climático. Se calcula que por cada hogar que utiliza energía solar se evitan aproximadamente 3 toneladas anuales de emisiones de CO2. Además, si se compara la energía solar con otras fuentes de energía renovables, se observa que la huella de carbono que deja sobre el planeta es 14 veces menor que la de otras energías renovables. Estos datos incluyen tanto las emisiones producidas durante el proceso de elaboración de las placas solares, como en la obtención de los materiales para su fabricación y durante el transporte.
Así, al utilizar energía solar, se puede reducir la demanda de combustibles fósiles, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la huella de carbono. De hecho, la instalación de un sistema de energía solar en una sola casa tiene un efecto medible sobre el medio ambiente. Como muestra de ello, tomemos como ejemplo una de nuestras instalaciones en San Cugat del Vallès. La orientación de esta vivienda hace que tenga algunos días más soleados y otros más nublados. Cuenta con un total de 19 placas con potencia 8,55 kWp. En esta casa, pasarse a la energía solar ha supuesto la reducción de +5.100 kg de emisiones de CO2, lo que equivaldría a plantar alrededor de 255 árboles durante cada año de vida útil de la instalación.
Para que la electricidad tradicional generada por combustibles fósiles funcione, tiene que haber un trabajo previo de extracción de recursos. Un proceso que implica la transformación de ecosistemas en grandes áreas, un aumento de la erosión de la tierra y la fragmentación de hábitats naturales. Esto implica la pérdida de especies y espacios naturales en varios puntos del planeta.
Por un lado, con la instalación de placas de energía solar, se evita la degradación ecológica derivada de la extracción del petróleo, carbón o gas natural. De esta manera, se conservan entornos naturales y la biodiversidad de especies que se encuentran en esos lugares.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el suministro de materiales y la producción de placas solares genera residuos y cierta contaminación. Lo bueno de la tecnología fotovoltaica es que el 85% de los materiales que componen un panel solar son reciclables: las placas están formadas por aproximadamente un 75% de vidrio y un 9% de aluminio, que son materiales fácilmente reutilizables. El resto, corresponde a plásticos (15%) y en muy pequeña medida también hay metales no reutilizables pero muy contaminantes si no se gestionan de forma adecuada. De todos modos, aún teniendo en cuenta esta fracción de materiales no reciclables, la energía solar sigue siendo más respetuosa con el medio que la electricidad generada de forma convencional.
Además, con la rápida expansión de la tecnología solar, ha incrementado el interés por el reciclaje de placas solares y, en la actualidad, se están investigando multitud de técnicas para facilitar la reutilización de estos materiales y reducir, aún más, su impacto ambiental.
Uno de los principales beneficios de la energía solar es que reduce la contaminación del aire localmente. Según el estudio “Energy, Economic, and Environmental Benefits of the Solar America Initiative” publicado por National Renewable Energy Laboratory, el uso de energía solar disminuye la emisión de óxidos nitrosos, dióxido de azufre y otras partículas perjudiciales para la salud de las personas. Además de los beneficios medioambientales, en los lugares donde se usa la energía solar ha mejorado la salud de la población de la zona, reduciéndose consecuentemente los problemas respiratorios y cardiovasculares, como por ejemplo la bronquitis crónica.
Como se puede ver, en la actualidad, el autoconsumo de energía fotovoltaica es la opción energética más amigable con el medio ambiente. Las placas solares representan una forma de energía gratuita, fácil y abundante. De hecho, si se pudiera capturar toda la energía solar que llega al planeta en una hora, tendríamos toda la energía que el mundo utiliza en un año entero.
Además, dada la rápida evolución de esta forma de energía, se están produciendo continuas innovaciones tecnológicas en los paneles que hacen que aumente su eficiencia , la vida útil de las instalaciones y que se evolucione hacia un panel compuesto de materiales 100% renovables.
Cada vez son más los hogares que eligen hacer la transición energética reduciendo la huella de carbono y actuando de manera sostenible para el planeta y las personas.
Además, el cambio a la energía solar supone un gran ahorro económico, reduciendo hasta el 60% las facturas de la luz. Y esto sin considerar las ayudas y subvenciones. Súmate al cambio de la sostenibilidad y el ahorro.